Algunos ejemplos de una deficiencia que restringe notablemente una actividad imprescindible para desempeñarse en la vida incluyen, entre otros, los siguientes:
- La sordera restringe notablemente la audición.
- La ceguera restringe notablemente la visión.
- La discapacidad intelectual restringe notablemente la función cerebral.
- La falta parcial o total de extremidades o los problemas de movilidad que requieren el uso de una silla de ruedas restringen notablemente la función musculoesquelética.
- El autismo restringe notablemente la función cerebral.
- El cáncer restringe notablemente el crecimiento celular normal.
- La parálisis cerebral restringe notablemente la función cerebral.
- La diabetes restringe notablemente la función endocrina.
- La epilepsia, la distrofia muscular y la esclerosis múltiple restringen notablemente la función neurológica.
- La infección del virus de la inmunodeficiencia humana (HIV) restringe notablemente la función inmunológica.
- El trastorno depresivo grave, el trastorno bipolar, el trastorno por estrés postraumático, las lesiones cerebrales traumáticas, el trastorno obsesivo-compulsivo y la esquizofrenia restringen notablemente la función cerebral.
Estas discapacidades o afecciones pueden restringir notablemente la actividad imprescindible para la vida de un niño relacionada con el aprendizaje.